Por las rutas de la seda nos acerca un conjunto de historias de China, India, Japón, Persia y Arabia, recogidas por un gran amante de la cultura oriental como fue Lafcadio Hearn. Editado con mimo y dedicación, se trata de una edición bellamente ilustrada.

Uno de los mayores atractivos de esta lectura es el exotismo que desprende, y que tanto sorprende y atrae al lector occidental. Adentrarse en estas páginas supone cambiar la mirada y acercarse a una literatura llena de sensibilidad e imaginación, que captura tu atención de manera irremediable.

El amor, la belleza o los sueños son algunos de los temas más destacados de las historias que nos traslada Hearn. Un niño que dibuja gatos que cobran vida. Una criatura mitológica que se alimenta de nuestros sueños. Una bella joven que se sacrifica para proteger la vida de su padre. Son solo algunas pinceladas de los evocadores relatos que albergan las páginas de Por las rutas de la seda.

La figura de Lafcadio Hearn fue crucial a la hora de acerca la cultura oriental, especialmente la japonesa, a los lectores occidentales. No en vano, la cultura japonesa era una gran desconocida para los occidentales de finales del siglo XIX. Hearn cambió eso.

De padre irlandés y madre griega, nació en tierras helenas, pero muy pronto comenzó a viajar. Tuvo un especial vínculo con Japón, donde se instaló y vivió buena parte de su vida. Allí asumió el nombre de Koizumo Yakumo. Su pasión por Japón y China hicieron de él una suerte de Marco Polo de la literatura.

Hearn fue un gran viajero al que debemos mucho en lo referente a la difusión de la literatura y la cultura oriental en Occidente. Por las rutas de la seda recoge una serie de relatos enigmáticos y cautivadores que llegan al alma. (Ana Rayas, 2 de diciembre de 2025)