Los personajes de esta novela, ambientada en el Bucarest de los últimos estertores del régimen paranoico de Ceausescu, buscan la grieta que da acceso a la libertad, ese extraño estado de conciencia, esa remota zona de espacio-tiempo en la que se pierde el sentido de la realidad. La grieta está donde se oye una risa nada alegre y se celebran amoríos tibios, en un crucifijo de madera ensangrentado, en una habitación con eco, en un billete de avión, en un plan para un crimen…