Me ha encantado este libro. Narra la historia del matrimonio Zabinski, Jan y Antonina. Él director del zoo de Varsovia y ella también trabajaba cuidando animales. Eran un pareja que amaba lo que hacía y vivían para su trabajo. Tenían la casa llena de animalillos a los que cuidaban por tener algún problema, heridos, cachorros sin madre, a parte del cuidado propio de los animales del zoo. Esta feliz familia ve como las tropas nazis ocupan Varsovia y durante los ataques mueren buena parte de sus animales, después el director del zoo de una ciudad alemana les quita sus mejores animales y les mata el resto. El zoo se queda prácticamente sin animales y para sobrevivir primero se convierte en una granja de cerdos para alimentar a las tropas nazis y después en una granja de zorros para producir pieles para los nazis. Durante este devenir y durante los cinco años de guerra los Zabinski colaboran con la resistencia polaca para alojar entre las destrozadas instalaciones del zoo y en su propia casa a un buen número de judíos que van huyendo del gueto de Varsovia. Jan se integra en la resistencia de forma activa y Antonina cuidando a los huéspedes que se van alojando de forma permanente o en tránsito huyendo hacia otros destinos. El libro narra las vivencias durante este período del matrimonio, su hijo, las mascotas que van acumulando y las historias de los huéspedes que luchan por salvar sus vidas frente a la locura total de los nazis. Hay abundantes referencias a la filosofía nazi respecto a sus ideas de los animales y al recreación de al pureza aria incluso respecto a la flora y la fauna. También cuenta con gran detalle la evolución del gueto de Varsovia. Finalmente parece que los rusos van a liberarlos del yugo nazi y la resistencia decide levantarse ante el inminente avance ruso, pero éstos se detienen en el Vístula y dejan que la resistencia polaca y los judíos del gueto sean masacrados por las SS de Himmler. Posteriormente acabarán llegando y se producirán saqueos por parte de las tropas rusas. Una historia que relata los horrores nazis en Varsovia y el terror a que te puedan hacer lo que sea en cualquier momento sin que tú hayas hecho nada. Una anécdota curiosa y graciosa que se cuenta en el libro: Una historia de un pueblo donde había un pequeño circo cuyo león había muerto repentinamente. El director del circo le preguntó a un pobre anciano judío si podría hacerse pasar por león, y el hombre aceptó, puesto que necesitaba el dinero. El director le dijo: - Lo único que tienes que hacer es llevar puesta la piel del león y sentarte en la jaula, así la gente creerá que tú eres el león. Y eso hizo el hombre, diciendo para sí mismo. Qué trabajos tan raros he hecho a lo largo de mi vida. Un ruido interrumpió sus pensamientos. Se volvió justo a tiempo para ver cómo otro león entraba en su jaula y le miraba con ojos hambrientos. Temblando, encogiéndose, sin saber cómo salvarse, el hombre hizo lo único que le vino a la cabeza: entonar a gritos una oración hebrea. Nada más terminar las primeras y desesperadas palabras, Shema Ysroel (Escucha, oh, Israel)... el otro léon se unió a él con Adonai elohenu (el Señor nuestro Dios), y los dos leones falsos terminaron juntos la oración.
hace 8 años