De Pierre Lemaitre había leído las novelas “Tres días y una vida”, “Nos vemos allá arriba” y “Vestido de novia”. Todas excelentes, en mi opinión. Por eso, con todo entusiasmo, me decidí a entrar en su tetralogía negra protagonizada por el comisario Camille Verhoeven. Empiezo por la primera de la serie, “Irène”.
¡Oh, tremenda desilusión! Es la típica trama del típico asesino en serie perseguido por el típico equipo de inspectores con el típico final de que la previsible última víctima será la esposa del comisario, si no lo impiden los típicos aguerridos policías en las típicas últimas páginas. No te preocupes, no contaré el final, ni el nombre del descerebrado que, en esta ocasión, asesina reproduciendo crímenes de novelas famosas. No faltan, por supuesto, las cartas anónimas, con carácter de reto, que le dirige al comisario, el chivato de turno de la brigada (que adelanta a la prensa secretos de la investigación), el desfile de falsos culpables, todo lo cual, como comprenderéis está muy manido y trillado, sobre todo en el cine.
Me ha decepcionado esta discreta obra y que me perdone Camille, no voy a continuar sus gestas investigadoras. Hay demasiado grandiosos libros esperándome. No descarto volver a leer a Lamaitre, pero con otras tramas.
hace 7 años
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