“Camille” es el cuarto - y se dice, último- tomo de la tetralogía de Pierre Lemaitre protagonizada por el Comandante Camille Verhoeven, y siento decirlo, pero la conducta rayando en la estupidez del Comandante Camille Verhoeven en este caso, me hizo tanto ruido, que me impidió disfrutar al 100 % la trama.
Porque eso de que Camille haya actuado durante toda la investigación al margen de la ley no me cuadra con el Camille Verhoeven que conocimos en “Irene”, “Alex” y “Rosy & John”, donde vimos en acción a un policía testarudo, sí, sin duda; que cree y sigue sus intuiciones también; pero que era sobre todo un excelente líder, formador de grandes grupos de investigadores a los que les inculcaba ética de trabajo en sus investigaciones, por eso el ruido que me generó su conducta.
La sinopsis del libro nos cuenta que “Anne Forestier queda atrapada en medio de un atraco a una joyería en los Campos Elíseos.
Tras recibir una paliza que la deja al borde de la muerte, tiene la suerte de sobrevivir... y la condena de haber visto la cara del asaltante.
Su vida corre un grave peligro, pero Anne cuenta con la ayuda del hombre al que ama: el comandante Camille Verhoeven.
Este estará dispuesto a actuar al margen de la ley con tal de protegerla. Pero ¿quién es ese enemigo, y por qué ese empeño tan feroz en acabar con Anne?”
Digo, no es la primera ocasión que un detective de novela negra se salta procedimientos para resolver el caso. Hay enormes personajes en la novela negra que lo hacen como parte de su rutina de trabajo, pero, que Camille logre ocultar a todos menos a uno, que la víctima del asalto es su pareja, y cometer pendejada tres pendejada a sabiendas que terminaría en el bote, por una mujer que apenas conocía, como que le resta fuerza a la novela, a menos que, Lemaitre buscará provocarnos esa incredulidad.
Interesante sin duda fue incluir como narrador en primera persona al ladrón, lo que nos permite ir conociendo sus motivaciones sobre las acciones que va ejecutando durante los tres días en que transcurre la novela. También, nos permite conocer los pensamientos de Anne, y te llama la atención varias cosas: su preocupación por su aspecto físico muy por encima del que debería mostrar por su seguridad, al saberse el objetivo de un asesino profesional y desalmado.
La historia es muy, pero muy buena. La narrativa del autor como siempre, logra sumergirnos en la historia, sentir en mente propia la violencia, las golpizas, las torturas a los que son sometidos los personajes de “Camille”, dejándote en muchos momentos sin aliento, con el pulso bien acelerado.
Y el final te hace reconciliarte con el Comandante Camille Verhoeven, el comandante enano, que transpira dolor, gracias a la maestría de Lemaitre, que con un giro a la historia comprueba de nuevo que es un maestro de maestros en el género policiaco!
hace 4 años
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