Gloria es un libro de una gran dureza. Al mismo tiempo, es una obra inigualable que te golpea, te hace reflexionar y te enfrenta con el lado más oscuro de la naturaleza humana. La narración, marcada por un pronunciado tono satírico, pone el foco en el poder, la tiranía y la corrupción.
Bulawayo se vale de una prosa rotunda y poderosa para acercar al lector a uno de los episodios más horrorosos de la historia de su país, Zimbabue. La autora revisita el clásico Rebelión en la granja de George Orwell, rebautizando Zimbabue como Jidada, un país poblado por toda clase de animales y gobernado por el Viejo Caballo, una suerte de alter ego de Robert Mugabe. La caída del tirano, no obstante, no traería por delante un período de mayor libertad y prosperidad, como hubiese sido el deseo de tantísimos habitantes de Jidada. Es el caso, por ejemplo, de una cabra llamada Destino, que vuelve a Jidada tras años en el exilio para comprobar que la situación de su país dista mucho de haber mejorado.
La novela es un punzante retrato de la tiranía que, asimismo, incide en aspectos como la exaltación acrítica de la figura del dictador, el terrible miedo instaurado en la población, las matanzas y la represión sistemática, la firmeza del patriarcado o la importancia de controlar el discurso oficial.
Se muestra, pues, una dicotomía entre la cúpula del poder, corrupta y enriquecida, y las clases populares, atizadas por la pobreza y la violencia. La población civil es brutalmente atacada bajo el pretexto de la búsqueda de disidentes: torturas y asesinatos se suceden y quedan impunes. Resultan especialmente desgarradores los pasajes dedicados al Gukurahundi: matanzas ejecutadas en los años ochenta del pasado siglo en Zimbabue, y que son también plasmadas por la autora en su ficticia Jidada.
Gloria consigue impactarte, sacudirte. Leer este libro duele, pues pone el foco en algunos de los sucesos más desgarradores de la historia de Zimbabue. Una obra única y magnífica. Extraordinariamente incisiva. (Ana Rayas, 29 de agosto de 2023)
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