Muestra las calamidades y el terror que sufrió la población de Hiroshima, pero personalmente esperaba más de la novela.
hace 7 añosTamiki Hara se hallaba en Hiroshima el día 6 de agosto de 1945 a las ocho y quince minutos, momento en que estalló la bomba que impondría una nueva manera de contemplar el mundo. Como él mismo describe en su impactante «Flores de verano» (obra ganadora del Premio Takitaro Minakami), en ese instante el autor se hallaba en una casa construida por su padre, lo suficientemente lejos del lugar de la explosión, gracias a lo cual pudo sobrevivir. Valiéndose de tres momentos narrativos diferentes, Hara narra el antes, el durante y el después de la tragedia. Con un lenguaje exento de florituras, el autor narra cómo afloran a su alrededor la confusión, la destrucción, el horror, y lo mejor y lo peor de la condición humana. Esta obra, de una crudeza inusual, sufrió durante años la censura que prohibía a los japoneses publicar ningún tipo de escrito sobre la guerra.
Muestra las calamidades y el terror que sufrió la población de Hiroshima, pero personalmente esperaba más de la novela.
hace 7 añosEs difícil narrar el horror de una guerra pero si encima eres un superviviente de la bomba atómica es un peor, Tamiki Hara es uno de los autores mas célebres en Japón que escribio sobre este tema, en Flores de verano tienes el "antes" de la bomba, pausado y rutinario en cierta manera, una historia como cualquier otra de Japón muy pausada y con matices familiares, pero a partir de la caída de la bomba (el ahora) todo cambia, la percepción de haberlo perdido todo, la ignorancia por no saber realmente que ha pasado y que tan grave es se ve reflejado en el relato, el "después" es triste y crudo porque ves como todo muere a tu alrededor y rememoras lo que has perdido. Una lectura dura pero necesaria.
hace 8 añosSe trata de un libro corto que se compone de tres relatos basados en la experiencia del autor, superviviente de la bomba atómica de Hiroshima: “Preludio a la aniquilación”, “Flores de verano” y “De las ruinas”. En el primero describe la situación en la ciudad antes de la tragedia, el miedo a los bombardeos, la evacuación... En “Flores de verano” relata la terrible experiencia de la bomba atómica y en “De las ruinas” nos cuenta lo que sucedió justo después. Las dos últimas narraciones, narradas además en primera persona, son realmente escalofriantes y plasman las terribles imágenes que presenció y vivió, la desolación, el atroz sufrimiento humano, los efectos posteriores de la radiación (“Pronto supimos que debía haber algo en el aire de Hiroshima, algún tipo de sustancia que hacía que la gente muriera”). Está escrito con una prosa concisa y clara, que deja constancia de una de las mayores masacres de la historia del ser humano. Es un libro testimonial, que aunque duro, debería ser casi de lectura obligatoria, para que nada semejante se repita nunca. Recomendable.
hace 11 años