“Así como Tácito describe su Historia “sin ira ni prejuicios”, pero sin renunciar a su perspectiva de clase y sin callar sus opiniones sobre el destino de Roma, así Luis Goytisolo incorpora a la crónica personal y familiar un testimonio crítico y lleno de humor sobre Barcelona y Cataluña, sobre el cambio de valores operado en España, sobre las nuevas conductas sociales”. (Ignacio Echevarría, El País). Un relato de carácter autobiográfico situado en el presente abre paso, de forma imperceptible, a otro que se desarrolla en la Roma del siglo II. El autor de las evocaciones autobiográficas es el propio Luis Goytisolo; el de la intriga romana, el historiador Tácito. Ambos dan lugar a un equívoco ajeno a lo propiamente relatado, a la vez que se iluminan mutuamente. La clave, en la percepción del lector.