Antagonía no es solamente la obra más ambiciosa y lograda de Luis Goytisolo, sino también uno de los empeños literarios de mayor magnitud que ha dado la novelística española de los últimos cincuenta años. Antagonía trata de la vida. Fundamental y sencillamente, de la vida. En sus vertiginosos alcances, en sus tornadizas sucesiones de posibilidades que se abren y se cierran, en sus personajes que nunca acaban de definirse para siempre, en el carrusel de los puntos de vista, en el amontonamiento de totales que va dando cada instante. La vida entera. El protagonista de Antagonía se llama Raúl Ferrer Gaminde. La obra empieza con sus primeros balbuceos infantiles y termina con la novela que él ha escrito, fruto de su experiencia personal y de la visión del mundo elaborada a partir de esa experiencia. Entre un extremo y otro, los años del franquismo de principio a fin. El amor y la clandestinidad. Las grandes preguntas sobre la vida y la muerte. El oficio de escribir. La pasión por las mujeres de la prima Matilde. Y, en general, una sexualidad desbordante. Es decir: la vida. Una larga y gozosa relación entre el lector y una obra magistral.