“Está una tranquilamente en su casa, un día gris, en la cocina caldeada, con el gato a los pies, troceando distraídamente una cebolla, con la vista puesta en los tres abedules del jardín, cuando de pronto, chispeando, azul y con estrellas, surge una aparición y a bocajarro le pregunta: ¿Quién eres? ¿Qué estás haciendo con tu vida?”
Así empieza “Entre amigas”, una de las primeras novelas de Laura Freixas, publicada en 1998. La narradora es Eli, de 34 años, barcelonesa afincada en Francia, donde vive con su marido e hijos. El día que recibe una invitación de su amiga francesa Tina, a la que no ha visto en 14 años, empezará a cuestionarse si su vida es la que soñaba cuando era joven.
Tras unos primeros capítulos en los que Eli recuerda los años de amistad con Tina en Barcelona, a mediados de los años 70, en una época en que ir a Francia era como visitar un planeta distinto, y lo mismo les sucedía a ellas, aparentemente tan diferentes de carácter; se produce finalmente el reencuentro, incómodo al principio, pero en el que poco a poco recuperan aquella relación de amistad, se ponen al día del presente y también se retrotraen al pasado, a las vivencias que compartieron y a aquello que quedó por decir.
Reconozco que me costó entrar en la novela, la empecé un par de veces pero la dejaba a las pocas páginas. Finalmente, a la tercera fue la vencida, me atrapó y me ha gustado bastante. Es una novela intimista y reflexiva que, desde el punto de vista de la narradora, profundiza en los sentimientos entre las dos amigas y abarca temas universales en las relaciones humanas. Es la primera novela que leo de Laura Freixas y ha sido un descubrimiento muy interesante, una autora a tener en cuenta.