Novela directa, a ratos cruel, dura, entenecedora, sensible, irascible, como su protagonista... como la vida. Sin ningún tipo de edulcorante, ni almíbar, Tatiana Tibuleac construye una obra magnífica, narrada en primera persona por Aleksy, un hombre con un pasado traumático, que busca en el recuerdo del ultimo verano pasado junto a su madre, el punto de inflexión que le permita volver a pintar; un verano, el más maravilloso de su vida, en el que transita de un odio feroz hacia su madre, a un descubrimiento hermoso, que muchas veces, y desgraciadamente, sólo se nos presenta en momentos tan trascendentales como lo es la proximidad de la muerte.
Maravillosa prosa, perfectamente estructurada la novela y totalmente recomendable su lectura al igual que el poso que permanece tras su lectura.
hace 1 año
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