Los escritos de Rudyard Kipling representan un ejemplo de cuan diferente puede resultar una lectura en distintas edades. Considerado un escritor juvenil, en esta obra, el Nobel nos lega un conjunto de relatos, que lejos quedan de la visión infantil que muchos de nosotros podemos conservar del niño Mowgli. En ella, nos presenta unas historias ambientadas en la India, excepto la última, que se ubica en Inglaterra, en la época del colonialismo inglés, en la que se apostaba por la búsqueda de tierras inexploradas. Kipling nos muestra un territorio y a sus nativos, como personajes exóticos, seres incivilizados a los que subyugar, conocedores de la magia y receptivos a todo tipo de creencias. Diferente al resto es el último relato, donde el autor retrata su propia infancia, tras ser "abandonado" por sus padres en un hogar para niños, en Inglaterra, para su educación. En suma, una obra recomendable, narrada con la maestría de un autor de la “vieja escuela”, que escribía cuentos sin la necesidad de endulzar la realidad. (Dolors Martínez)
hace 12 años