Es el tercer libro que he leído de Erri De Luca y de nuevo me ha vuelto a encantar. En este caso nos encontramos con dos voces narrativas, la primera, que identificamos con el propio autor por las coincidencias con su biografía personal, reflexiona sobre distintos temas y cuenta anécdotas sobre su pasión por el yidish, la resistencia del gueto de Varsovia durante la II Guerra Mundial, su afición a la escalada… En una segunda parte la narradora es la hija de un criminal nazi que vive bajo una identidad falsa, siempre vigilante y lleno de obsesiones. Al final las dos historias convergirán de un modo curioso. Me gusta mucho como escribe este autor, con una narrativa sencilla, directa y poética, y que de vez en cuando tiene alguna frase o párrafo contundente, o magistral. De todos los libros que he leído de él he copiado algún fragmento que me ha parecido muy bueno. Muy recomendable.
hace 11 años