Qué decepción. Supongo que para entenderlo tendría que estar en la misma "onda" que el autor, pero siento que se me escapa algo (y no es la risa, precisamente). Podría salvar 2 ó 3 historias, como la de los medicamentos.

Un recopilatorio que mantiene un fondo de humor negro, independientemente del tema escogido por el autor. Los personajes parecen versiones o evoluciones, a veces, entre las historias. Unas son más lúcidas e inspiradas que otras, donde Eisenberg da rienda suelta a la pedantería y a la inteligencia, capaz de hacer símiles intelectuales entre una relación y la guerra de los Balcanes. En cambio, en otras, muestra un humor más terrenal y menos impostado y es en esas historias, aún plagadas de neurosis, nerviosismo y verborrea constante -hechos por los que se le puede comparar con Woody Allen, así como la elección de Nueva York como escenario-, donde los personajes adquieren un componente humano, alejados del toque extraterrestre (menuda ida de olla los chistes de marxistas). Como conjunto no desentona si bien no se percibe homogeneizado más allá de unas pinceladas comunes entre las historias. Eisenberg es inteligente y es culto pero posee un sentido del humor reservado/apto para mentes "cultivadas", repelente y pretendidamente snob. ¿Mi historia favorita? La interacción de besugos con Carmelo Anthony.