Evidentemente Zweig es un gran maestro de la literatura pero el libro no me ha convencido porque se nota, para mal, el paso del tiempo sobre todo en el lenguaje empleado y en la historia, además la trama no ha logrado engancharme por el abuso del estilo indirecto y porque hay demasiadas ambientaciones tan largas y exhaustiva que paran el relato. Ha sido una decepción: Está muy bien escrito con momentos casi poéticos pero me ha resultado soso, lento y aburrido y el personaje de Erika es tan cursi y tan poco creíble que no logró despertar mi interés.

Es un relato breve escrito de una forma sutil, en la que el escritor austriaco nos narra las desventuras amorosas de Erika Ewald. El lector será testigo del proceso de enamoramiento, de sus periplos y consecuencias. Es una historia agridulce, en la que se refleja como una misma persona puede ser el peor enemigo que se abate sobre uno mismo, por aquella resistencia de aceptar lo que nos rodea y dejarse llevar para ir más allá. No me ha llamado tanto como otros de Zweig, no por estar mal escrito, sino por el desenlace que, bajo mi punto de vista, es precipitado. No estoy conforme ni me veo reflejada en el destino de la protagonista.

Yo destacaría sin dudar al personaje femenino de la novela ( ¡qué gran conocedor de la psicología femenina es este autor! ), cuyas dudas y pensamientos se nos hacen tan cercanos y comprensibles, mientras crece nuestra desconfianza hacia el violinista, no tan delicado ni introvertido como la muchacha. Muy recomendable.