a vida de un fiscal egipcio en su modesto destino rural, discurre con la monotonía burocrática de los pequeños delitos cotidianos —hurtos, disputas vecinales, etc...—. Una noche, sin embargo, es despertado precipitadamente con la noticia de un asesinato. Tawfiq Al-Hakim, nacido en Alejandría en 1898, viaja a París en 1925 para estudiar leyes y vuelve tres años después sin título pero con nuevas ideas artísticas que provocarían una pequeña tormenta en el mundo de la cultura de su país. Considerado el padre del teatro egipcio moderno, ha cultivado con gran éxito todos los géneros literarios, que incluyen el relato corto y la novela. De esta última cabe destacar dos títulos importantísimos: "El retorno del alma" (1933) y "Diario de un fiscal rural" (1937). La traducción del brillante arabista Emilio García Gómez, Premio Príncipe de Asturias 1992, no hace sino iluminar este divertido relato que refleja con ironía y sensibilidad la realidad de la población egipcia de las aldeas en aquellos años.