Este es el tercer libro que leo de Mishima, con anterioridad había percibido en él algo de misogina en sus narraciones, y me sorprendió encontrar una novela en la que el personaje principal (Kazu) es una mujer, con intereses propios, ambicion, y arrogancia sobre ciertos hombres. A pesar de flaquear en su carácter Kazu mantiene esa línea exquisita que me hizo disfrutar el libro. La descripción de las flores, los kimonos, los olores son otro personaje en esta obra. A pesar de no haber disfrutado tanto el desenlace de la obra, la genialidad del desarrollo hacen que sea más que aceptable.
hace 13 años