Con esta lúdica y entretenida novela, queda bien claro el dicho de que "todos los designios del destino son inescrutables".
Por medio de una chocolatera de fina porcelana blanca del siglo XVII, la autora recompone las apasionadas vidas de unos personajes que aman y sufren sin ningún tipo de ambages.
Saltos al vacío que nos llevan a recorrer Barcelona durante tres centurias de irrefrenable y desbocada historia.
Amor, infidelidad, frenesí, desenfreno... Un viaje adictivo y aventurero al corazón humano, en el que reprimirse se hace prácticamente imposible ante las tentaciones.
De alguna o de otra forma, siempre caemos y picamos en el anzuelo.
Lectura ligera, agradable y de evasión, que despierta cierto interés si aprecias además el suculento mundo del chocolate.
hace 9 años
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