Care Santos se hace con el premio Nadal 2017 con su novela Media vida, un homenaje a todas las mujeres y en especial a las que vivieron a partir de los años 50. Al inicio de la historia la autora nos adelanta qué encontraremos a lo largo de sus páginas con una destacable frase de Joan Carles Mélich, «Solo se puede perdonar, lo imperdonable». Corrían los años 50, una noche de verano, la que sería la última en el internado de las paulinas para las gemelas Marta y Olga Viñó. El grupo formado por Nina, Olga, Julia, Lola y Marta deciden que como despedida deben jugar por última vez a su juego predilecto, el juego de las prendas. Pero esa última prueba impuesta por Olga acabará marcando el destino de una de ellas y la incertidumbre a lo largo de los años en las demás. Pasados más de treinta años Olga impulsada por su marido decide reunir a las que fueran sus compañeras de infancia. Fija para ello un lugar, día y hora y ansiosa espera la aceptación y asistencia de todas ellas. La parte más fuerte y vívida de toda la historia comienza en el momento en que van entrando en acción nuestras protagonistas ya convertidas en mujeres. Han pasado muchísimos años y como dice una de ellas están en ese momento que ella llama «Media vida, cuando sientes que ha llegado el momento de hacer las cosas de otra manera, de reconciliarte contigo misma, tal vez de saldar deudas personales». El reencuentro transcurre entre la armonía y algún que otro sobresalto, susurros y confidencias, van desgranando como han sido sus vidas en las últimas décadas. Les ha tocado vivir una época bastante complicada, y más siendo mujeres. Años convulsos y marcados a fuego tanto social, como políticamente. La muerte de Franco, la transición, la caída de todo el gobierno, la incertidumbre, el miedo que con el lento pasar de los años iba desapareciendo. Como punto de luz y prosperidad la autora nos cuenta esa visita de los Beatle, todo un acontecimiento en una España tan apagada. O la gran repercusión que tuvo la boda de Carlos y Diana de Gales. La población veía que el país se iba abriendo camino entre una Europa más próspera y libre, las mujeres comenzaban a levantar cabeza, las más avispadas aprovecharon estos momentos para ser más independientes, otras para luchar por sus derechos, pero la mayoría prefirieron seguir emulando el clásico papel de sus madres, el que ellas consideraban el asignado, ser la esposa, madre, ama de casa ... perfectas. Una novela muy recomendable. Tiene un ritmo ameno y llevadero, con unas protagonistas fuertes y luchadoras en las que cualquier mujer puede verse representada. Contiene muchos diálogos cargados de ironía, de humor, de lucha, supervivencia, secretos, de las coincidencias de la vida, pero sobre todo sostiene la amistad, y grandes dosis de culpa y el perdón. (Esther Recio, 16 de mayo de 2017)
hace 7 años