Por fin los articuentos completos de Juan José Millás, ese género de su invención que define como «crónicas del surrealismo cotidiano dosificadas en perlas». Y con ellos llega el sobresalto y la carcajada provocados por la irrupción de lo inaudito en una realidad que conocemos bien... o eso pensábamos. Si el más exhaustivo de los archivos gastronómicos tuviera un equivalente literario, se parecería a este libro. Los articuentos resucitarán tu matrimonio, con ellos oirás el viento de tu historia personal cuando vayas a buscar hielo durante una fi esta y, al ir a dormir, mirarás de reojo tu ropa en el galán de noche, por si acaso... ¿Para qué sirve un articuento? Para reavivar el lenguaje, para ensayar nuevas fórmulas entre la realidad y la fi cción, para escapar del letargo, para renovar el ojo crítico, la mente abierta y la risa aparentemente fácil... Para buscar la verdad y encontrarla. Pero, sobre todo, para hacerse adicto a ese mundo paralelo que sólo el maestro Millás es capaz de vislumbrar.