Cuando acabas de leerlo, eres consciente de que has leído una gran novela. Es impresionante. Blasco te zarandea. La escribe en plena contienda Mundial, 1916, lleno de desesperanza. Se encontraba en París, con los alemanes a las puertas. El hilo conductor es la familia Desnoyers. Inicialmente,el patriarca, se va a Argentina y allí trabaja en una estancia en plena Pampa. Allí forma su familia. Emparenta con unos alemanes los Von Hartrott. De vuelta a Europa, viven con la opulencia de nuevos ricos hasta que el mazazo de la Gran Guerra sacude la realidad y comienza la tragedia de sus vidas. Blasco se convierte en un pintor de un gran lienzo. Parece Goya al plasmar los desastres de la guerra. Pintor de éxodos, de hambre, de miserias, de crueldades mil. Y lo hace con unas descripciones increíbles. Una novela imprescindible para los amantes de la literatura de verdad.
hace 1 año