Delibes, como siempre, es un valor seguro y en esta novela lo vuelve a demostrar. Concebida de una forma singular: un monólogo prácticamente en su totalidad en el que la viuda de Mario, ajusta cuentas con el fallecido, haciendo un recorrido intenso por la vida en pareja desde una perspectiva muy particular, pues supone un reflejo magnífico de esa sociedad burguesa del franquismo, que es pura hipocresía, a la que se contrapone la figura y el pensamiento de Mario que se rebela contra ella. El autor concibe muy bien los personajes en sus obras, y el de la protagonista lo borda, me ha encantado. El único debe de la obra es un aspecto gramatical: los innumerables laismos que emplea.
hace 4 meses