Grant Allen fue uno de los pioneros del género detectivesco, que le debe la argucia de utilizar a un timador como héroe –el ilustre coronel Clay-, que es también un caballero y el protagonista de esta obra. Un bribón que con su ingenio y su desfachatez acaba ganándose al lector, que asiste incrédulo a su capacidad para estafar una y otra vez, resultando de lo más ameno, gracias a su prosa ligera y sencilla, y a sus personajes, tan bien caracterizados. El coronel Clay es el primer miembro del club de los “caballeros bribones”, ya que apareció dos años antes que el famoso Raffles de E.W. Hornung.