Ya son unos cuantas las novelas de la serie del comisario Adamsberg que llevo leídas, y aunque no las he leído en orden cronológico, sus historias me parecen fascinantes y originales, y sus personajes entrañables. Así que cada vez que consigo uno de sus libros, estoy segura de que voy a pasar un buen rato; y así ha sido una vez más, Fred Vargas no me ha defraudado.
Como director de la Brigada Criminal de París, el comisario Adamsberg asiste a un coloquio internacional en Londres con policías de toda Europa. Una noche en que está de paseo junto a otros dos policías de su brigada y con un superintendente de New Scotland Yard, hacen un macabro descubrimiento. Una veintena de zapatos, con sus correspondientes pies, se hallan en la entrada del antiguo cementerio de Highgate.
A la vuelta a París, Adamsberg y su equipo se encuentran con otro desconcertante caso, un hombre ha sido machacado, literalmente, en trozos pequeños. Sin adelantar mucho más de la trama, esta, como siempre, se complica y adentra en vericuetos enrevesados. La investigación llevará al comisario a Serbia, lugar de origen de muchas leyendas de vampiros...
Además Adamsberg hará un descubrimiento que le afecta de manera muy personal, y también verá peligrar su carrera, alguien del más alto nivel quiere hacerle fracasar a cualquier precio.
Aparte de la historia en sí, en que la autora siempre encuentra la manera de mostrar sus conocimientos como historiadora, disfruto de los singulares personajes que forman la brigada parisina. El principal, el nada convencional comisario, buen dibujante, con sus dos relojes de muñeca (ninguno con la hora correcta), siempre tan en su mundo y con metódos poco ortodoxos. Como contrapunto está el comandante Danglard, un pozo sin fondo de conocimientos, metódico y gran consumidor de vino blanco. Y así cada miembro de la brigada, cada uno con su faceta especial que hace que te encariñes con ellos y los sientas como una gran familia; aunque como sucede en las mejores de ellas, no siempre bien avenidas.
No sé si será la novela más adecuada para conocer al comisario Adamsberg, pero para sus seguidores, en mi opinión, es una lectura que atrapa y no te deja soltar el libro hasta su desenlace. Me ha gustado mucho y la recomiendo para los amantes del género policíaco.
hace 5 años
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