Una trama muy bien armada que entrega un final realmente sorprendente. Sin embargo, la autora no logra convencer con los personajes. Estos tienen actitudes desconcertantes, incluso infantiles. No resultan atractivos, ni siquiera en su locura. Tal vez el más rescatable sea el policía alcohólico, que resulta humano, con todas las luces y sombras que eso implica, responsable con su trabajo y sorprendentemente culto. Pero, en general, sobran páginas y da la impresión que hay mucho texto de relleno quedando, incluso, misterios sin resolver.
hace 6 años
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