Me acerque a esta novela por las buenas críticas que había leído, esperando encontrarme la primera parte de una saga detectivesca que me ocupase por un tiempo. No ha sido así. Es una novela que ha envejecido mal (la primera edición es de 1975, y se nota mucho). El crimen no es de los que te atrapa, la trama se desarrolla de forma farragosa, los avances en el descubrimiento del asesino o asesina son difíciles de justificar y el estilo suena ya demasiado arcaico. El inspector Morse no enamora porque es una especie de Jekyll y Hyde, que no sabes por donde te va a salir y su compañero Lewis, está poco más que para traer café y aguantar broncas. Cuando las últimas páginas, que es donde está la explicación final, te las vas engullendo a la fuerza y a base de saltarte líneas, está todo dicho.
hace 8 meses