El tiempo es una invención muy extraña. Uno está vegetando durante meses. Sentado en un rincón de la existencia, viendo desfilar las semanas fumando cigarrillos. Y, de repente, la aceleración que ya no se esperaba se nos viene encima. El destino se divierte lanzándonos en unos pocos días un concentrado de aventuras. Seis años sería lo aconsejable para gestionar esa energía. Y se nos dan seis días, ni uno más.
Estamos ante un anti-sitcom, un episodio de Friends redactado por un exégeta de Charles Bukowski, una versión parisiense de Petits meurtres entre amis cuya energía duda entre la desesperación trash de Virginie Despentes y el cinismo helado de Bret Easton Ellis. Frédéric Beigbeder, Voici Cruda y cruel, esta primera novela muy fin de siglo fascina y huele a azufre. Le Point Debe clasificarse en el estante de arriba, el de los libros prohibidos, es decir, el de los libros que hay que merecer. Stéphane Hoffman, Le Figaro Magazine Un puro concentrado de energía. Una compresión de fiestas, amistades desbaratadas y amores que terminan mal. Cosmopolitan Una primera novela terriblemente viva, vigorosamente dialogada, llena de melancolía y de añoranza de la infancia. Elle