Como tantas otras novelas, empieza de forma reluciente de la mano de una prosa exquisita con momentos de brillantez y se va apagando poco a poco posiblemente por causa de una trama bastante débil. Finalmente, la conclusión (esa historia que un moribundo se empeña en contar hasta el último detalle a una poetisa ahí colocada para la ocasión) resulta, cuando menos, flojita. Finalista del Herralde, ¡qué le vamos a hacer!
hace 7 años