Además de novelista originalísimo, Peter Ackroyd se ha ido forjando en las últimas décadas una sólida reputación como uno de los mejores biógrafos en activo. Obras como Tomás Moro (1998) o la impresionante Londres (2000) consolidaron a Ackroyd como un escritor excepcional, capaz de trasladar al lector con una fuerza magnética tanto los pensamientos más íntimos de sus biografiados y los entresijos de su actividad intelectual como la atmósfera de los escenarios más variopintos. En Shakespeare, titánico tour de force, Ackroyd logra que el lector acompañe al universal dramaturgo en sus primeros pasos en el mundo del teatro isabelino, mostrándole las convenciones teatrales de la época, deteniéndose en aspectos como la consideración social de los actores, la gestión económica de las compañías teatrales, los procesos de edición de los textos, los plagios, las tertulias, los modos y métodos de trabajo tanto de la creación dramatúrgica como escénica; en definitiva, analizando con detenimiento y exponiendo con colorido el contexto en que se desarrolló el talento de un genio al que vemos crecer paso a paso. Más que una biografía, estamos ante una historia cultural que rescata el espíritu de toda una época.