La biografía de Edgar Allan Poe (1809-1849) escrita por Peter Ackroyd se abre con uno de los episodios más emblemáticos y misteriosos: la muerte. Nadie sabe qué sucedió al poeta desde que le vieron desembarcar en Baltimore y su descubrimiento seis días más tarde en un estado lamentable en una taberna. No es éste sin embargo el único misterio que rodeó la vida y la obra de Poe, y, sin conjeturas gratuitas, Peter Ackroyd lleva a cabo una minuciosa reconstrucción de la trayectoria de un genio de las letras. Hijo de actores, quedó huérfano y pasó al cargo de la familia Allan, que le proporcionó una esmerada educación en Inglaterra y en la universidad de Charlottesville, que abandonó por deudas de juego, y pasó dos breves etapas en el ejército e ingresó en West Point, de donde fue expulsado. Se labró con tesón un sólido prestigio literario mediante la publicación en revistas como Saturday Visitor, Saturday Courier, Saturday Literary Messenger, Burton´s Gentleman´s Magazine o Graham´s Magazine, antes de alcanzar un gran éxito con el extenso poema "El cuervo" (1845), que le permitiría a partir de entonces ver publicado en volumen el grueso de su obra. Sin embargo, los problemas familiares y con el alcohol le acompañarían a lo largo de toda su itinerante vida, cuyo final sigue aún hoy rodeado de misterio. La inesperada muerte truncó una obra que no tardó ejercer una indudable influencia en la de autores tan diversos como Tennyson, Eliot, Stevenson, Baudelaire, Valéry, Borges, Cortázar...