Además de gran narrador, Borges fue asimismo un poeta. De hecho, sus primeras incursiones en la literatura fueron a través de la poesía un género que cultivaría hasta los últimos años de su vida. Contrapunto ideal a su obra narrativa, la poesía de Borges transita por los mismos caminos que sus cuentos y sus ensayos: la historia, el mito, la alta literatura y ese laberinto de imágenes y parábolas que constituye su personal e íntimo universo en penumbra. De Homero a Borges, la ceguera como sabiduría cierra un círculo en el que asienta la historia de la civilización universal.