Una sátira muy divertida que sirve para denunciar los abusos y las manipulaciones del poder, es una obra política que gustara sobre todo a la gente de izquierdas, como es mi caso. Destaca por encima de todo el personaje del loco cuerdo, son muy graciosas sus intervenciones, la inteligencia y la ironía con que descubre las mentiras de los polis suicidadores. Entre las risas hay algunas reflexiones sobre nuestra sociedad de mucho calado.
hace 5 años