Corre el mes de junio de 1942 y, en Palermo, el barón Enrico Sorci yace en su lecho de muerte. Mientras su fiel criado le lee los titulares de prensa, la mayoría en torno a la guerra, Sorci, en un lúcido delirio, recuerda la historia de la familia y las figuras que han llenado su propia vida: su abnegada esposa y el dolor que él le ha infligido, sus amantes, sus hijos (algunos ilegítimos), su nuera predilecta, el incierto futuro. La planta noble del palacio Sorci deviene así el centro del mundo, un mundo que desaparece entre los bombardeos y el fin del fascismo, y donde la esperanza esconde también una criminalidad más agresiva. Cuando después tomen la palabra algunos hijos de Enrico (entre ellos un brillante abogado, que media entre los estadounidenses y la mafia, o el futuro barón), su voces compondrán un polícromo fresco histórico de Sicilia en los años centrales del siglo xx: la llegada del mundo moderno, la segunda guerra mundial, la reconstrucción en la Posguerra y el plan Marshall, el fortalecimiento de la mafia...