Negros nubarrones coronaban el cielo de Tokio: ese cielo, los edificios de la escuela, el suelo de cemento del patio, el hospital en demolición del otro lado de la calle: todo estaba gris. Toru tiene doce años. Vive en Tokio una vida monótona, gris: padres, colegio... Es el único que ríe las bromas y, a veces, se enrojece con las ocurrencias de su amigo Hiraku al que sólo él puede ver. También es el único que siente cierto interés por Shirato, un niño extraño que viste faldas. A ellos se reduce su círculo de relaciones. Ni siquiera participa en los chats en los que entra cada noche buscando refugio, sólo observa. Toru es así un espectador de un mundo en el que lo virtual y lo real se entremezclan. Pero todo va a cambiar ante una aparición inesperada en la red. Una aparición fantasmagórica que se presiente como una amenaza y que llevará a Toru a dejarse llevar por ese mundo subterráneo que los observa. Hitonari Tsuji revisita el mito de Orfeo en esta fábula moderna, en esta novela de iniciación. La delicada y hermosa narración nos arrastra por los meandros de la imaginación de un adolescente incapaz de reconocer las fronteras entre lo onírico y lo real, la fantasía y la angustia vital en un mundo en el que cada vez están más entrelazados la realidad con lo virtual. Enfrentado con el cinismo de los adultos, Toru intentará pianissimo dar un sentido a su vida.