El libro de Metrópolis no es más que un guion para una película realizada por dos personas que tenían una relación. No lo digo yo, lo afirma la misma pareja. En cierto modo, esto es algo que se nota mucho, y la obra termina siendo excesivamente expositiva en un todo; muchas descripciones no llegan a ninguna parte ni aportan nada al libro, pero son vitales para llevar a ciertos objetos a la pantalla grande (de aquí la conclusión que hice). Un ejemplo sobre este aspecto que se me hizo especialmente engorroso es la descripción de cómo la ciudad se venía sobre sí misma durante el "despertar popular", un conflicto clave en la narrativa del libro. Los personajes de Metrópolis me parecen, a lo mucho, decentes. Siento que muchos de ellos no tienen personalidad y están construidos con arquetipos de muchísimas historias. A pesar de no haber leído una serie de sucesos similar, siento que cualquier lector poco experimentado podría predecir los hechos. Por esto, éstos pueden aburrir, aunque también tiene su magia: todo resulta familiar. Los personajes son predecibles porque la temática que la obra abarca no tiene 'peros' y éstos se apegan demasiado a su rol (habiendo apenas excepciones que resulten de interés para el lector): el protagonista es el héroe, su padre el constructor del viejo mundo, Maria es la razón del héroe que tendrá que reconstruir el mundo, el rival del padre representa la posibilidad del otro mundo y el conflicto, etc. Todos los personajes tienen una representación muy clara de lo qué son desde el primer instante, de cómo deben evolucionar y de cómo deben concluir. Por esto, y a pesar de las interesantes imágenes mentales que propone (sobre todo al final de la historia), la lectura de Metrópolis es aburrida. No es mala porque se puede extraer mucho de ella, pero la capacidad que tenemos (como lectores) de predecirla no crea la mejor experiencia.
hace 2 años