Somos las decisiones que tomamos. La vida y el tiempo nos arrastran como hojas secas en el viento mientras la historia se decide en manos ajenas. Sin embargo, muchas vidas humanas han formado parte y creado esa historia no tan ajena como hubieran pensado en un comienzo. Y cuando nos queremos dar cuenta, las decisiones tomadas nos han marcado sin remedio y sin retorno y nos han modelado de una determinada forma. El mundo evoluciona y nosotros con él, creando varias versiones de nosotros que, llegado un punto, podemos no llegar a reconocer si lo vivido ha sido aterrador. Praga, 1939. Invasión nazi. Primeras deportaciones judías. Una historia ya mil veces escrita y, sin embargo, siempre se encuentra una nueva perspectiva y un nuevo matiz para explotar literariamente. Sin embargo, en esta ocasión, dos puntos de vista nos son narrados a través de dos jóvenes checos que encuentran el amor en los tiempos de la preguerra en Praga y son separados por las circunstancias. Josef y Lenka comienzan una bella historia juntos que transformará sus vidas y se verá trastocada por la pasiva pero demoledora invasión alemana a su país. El amor y la pasión que siente Lenka por el arte será su salvavidas en los campos de concentración, y nos abrirá paso a través de una historia más desconocida y olvidada: Terezín, el campo de concentración checo que los alemanes mostraron a la humanidad como una ciudad ejemplar reservada a los judíos y que resultaría ser algo mucho más siniestro y engañoso. Alyson Richman hace reflexionar al lector sobre lo que pudo ser y no fue, la incertidumbre de un futuro incierto y en manos ajenas y la crueldad del ser humano. Nos enseña a través de su narración como a veces la vida da un giro de 360º sin ser nosotros los artífices de ello, y como un pequeño suceso puede provocar una reacción en cadena incontrolable. Debido a que la historia está basada en un hecho real, las innumerables, y en su gran mayoría, dolorosas experiencias que atraviesan ambos protagonistas, consiguen provocar en el lector más de un estado de incredulidad y reflexión que nos harán volver la página otra vez para volver a revivir lo que a otros les hubiera gustado borrar de su recuerdo. (Diana Arrufat, 28 de diciembre de 2018)
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