“Las herederas de la Singer”, de Ana Lena Rivera, es una novela protagonizada por cuatro mujeres, cuatro generaciones de una misma familia.
A las cuatro no solo las unen los lazos de sangre, sino la máquina de coser Singer de segunda mano que Aurora recibió como regalo de bodas. Esa máquina Singer, que tantas prendas ha cosido, oculta un secreto que Alba, biznieta de Aurora, terminará desvelando.
Esta novela río está protagonizada por cuatro mujeres completamente diferentes: Aurora, que hizo todo lo necesario para sobrevivir a la hambruna de la posguerra en la cuenca minera asturiana. Águeda, hija de Aurora, que jugó las cartas que la tocaron del mejor modo posible y que solo contó a su mejor amiga todas las penas que consumían su alma; Ana, hija de Águeda, que se casó con un multimillonario, pero que nunca fue feliz en su jaula de oro ni hizo nada por salir de ella; y Alba, hija de Ana, una joven que pretende conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres luchando como es debido: en los tribunales y persiguiendo objetivos reales y no las tonterías que copan los telediarios día sí y día también.
La historia está narrada a cuatro voces y en distintas líneas temporales. En cada capítulo, de hecho, las protagonistas nos cuentan una parte de la historia, pero sin seguir una línea temporal continua. Puedes estar leyendo un fragmento de 1936, pasar a uno de 1980 y después a otro del 2020.
Esa narrativa tan peculiar es la que aporta una magia especial a la novela. No voy a negar que al principio me ha costado empatizar con Aurora, Águeda y Ana. Pero según va avanzado la trama y descubres la historia completa de cada una de ellas, las entiendes mejor. También te das cuenta de que cada una ha ayudado a forjar la fuerte personalidad de Alba, una luchadora nata a la que la vida también pasará factura. Sin embargo, a diferencia de sus antecesoras, Alba luchará con uñas y dientes por conseguir justicia.
Una novela muy emotiva que nos muestra cómo ha evolucionado la vida para las mujeres desde la posguerra hasta la actualidad. Cierto es que se han conseguido muchas mejoras, pero la igualdad no sigue siendo más que un canto de sirena en otros muchos aspectos.
Cada una de las mujeres de esta historia nos muestran que en la vida todo pasa, lo bueno y lo malo. Y debemos aceptar esa realidad y seguir adelante: la vida no se detiene por nadie.
hace 2 años
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