Una historia sencilla, emotiva, dulce y amarga a la vez. Me recordó mucho a Fannie Flaag, es cierto. Bonito paralelismo entre las abejas y la vida, también me gustó, como Lily aprende a conocer la vida. La pleicula no está mal, tampoco, al menos como no me esperaba nada, la encontré emotiva, aunque cambian algunos detalles, respecto al libro
hace 13 años