Estas dos novelas, La tumba de las luciérnagas (octubre de 1967) y Las algas americanas (septiembre de 1967), levantaron gran expectación al publicarse, y en 1968 ambas ganaron el premio Naoki. Con un talento fuera de lo común, complejo y desasosegado, Nosaka esconde en su estilo una mirada que no rehuye los aspectos más sórdidos y crudos de la existencia. La tumba de las luciérnagas es la historia de la muerte por innanición de Seita, un niño, en 1945. Seita ha visto morir de hambre a su hermana menor, a la que cuidaba tras la muerte de su madre en un bombardeo. En Las algas americanas, Nosaka describe con sentido del humor el desconcierto de los que vieron transfigurarse su mundo con la llegada de la «Democracia» o la «Constitución». Con la visita de un matrimonio de pensionistas de los Estados Unidos al Japón durante el periodo de «reeducación» nos muestra que en la conciencia de los vencidos subyace una sumisión de profundos significados. Durísimo, despiadado, Nosaka nos deja la huella de la fibra auténtica y sin concesiones.