Alemania, otoño de 1936. Siete presos se escapan de un campo de concentración. En el campo se levantan siete cruces, una señal de los que les espera cuando sean hechos de nuevo prisioneros. Poco a poco, los presos son capturados, vivos o muertos, devueltos al campo y colgados de la cruz. Pero el séptimo prisionero no aparece. La séptima cruz, destinada a Georg Heisler, mecánico de profesión, se convierte en todo un símbolo de esperanza y resistencia. A pesar del terror perfectamente, el régimen nazi se ve enfrentado a su propia impotencia e irritación. Escrita desde el exilio provocado por la llegada al poder del régimen nazi, La séptima cruz retrata esa época y las condiciones que la situación histórica imponían al individuo.