Si en una publicación anterior de este blog se destacó con “La distancia que nos separa” la maestría de Maggie O´Farrel para crear novelas ambientadas en nuestros días frente al resultado inferior de sus libros de la Edad Media (“Hammett” y “Retrato de casada”), con “La primera mano que sostuvo la mía” la irlandesa llega al sobresaliente “cum laude”. Mediante dos historias paralelas, una desarrollada en los años cincuenta y sesenta del siglo XX y otra bien entrado el siglo XXI, O´Farrell cuenta la juventud de dos protagonistas distintas y de los hechos desgraciados que las jalonan. En el caso de la primera, hasta llegar a una muerte prematura que la autora anuncia de forma implícita dos veces al lector. Al final de la novela, O´Farrell desvela que identidad de un personaje secundario de la historia del siglo XXI es la misma que la de otro de los personajes del siglo XX, con una edad mucho más avanzada y evolucionado. Desde ese momento, las máscaras van cayendo de forma gradual hasta llegar a una catarsis final que descubre la conexión entre las dos historias y cómo la más reciente es el resultado de los acontecimientos que marcaron la vida de la protagonista de la parte del siglo XX. De lectura no fácil para quien busque una trama lineal, “La primera mano que sostuvo la mía” se convierte en una obra de literatura gourmet para quien disfrute no sólo con el estilo de narración, sino con la habilidad del autor para presentar un rompecabezas inconexo que ir recomponiendo. Como mensaje de fondo, la manera con la que el cariño que recibimos siendo niños marca a los adultos que somos y la necesidad de no ocultar verdades latentes para evitar males mayores si acaban saliendo a la superficie. www.antoniocanogomez.wordpress.com
hace 3 meses
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