Lientje de Jong, una niña judía, vivía feliz junto a su familia en Holanda. Pero su vida cambió de la noche a la mañana cuando una señora llamó a la puerta y le explicó que cuando salieran a la calle debía abrazarse a ella y no decir nada sobre su familia.
Tras descoser las estrellas de sus vestidos, dejó de ser una niña judía para ser simplemente una niña de Róterdam. A partir de ese momento, sobrevivió gracias a una red clandestina de familias adoptivas, entre ellas, la de los abuelos del autor.
“La niña del cuaderno”, de Bart Van Es, es una crónica en la que el autor, tras una primera entrevista con Lientje, decide visitar los sitios en los que aquella niña vivió durante la ocupación alemana. Nos cuenta la historia de esas ciudades y también como algunos de sus habitantes se implicaron en salvar a los niños mientras otros dejaban en manos de Dios lo que pudiera pasar con ellos.
Bart Vane Es decidió escribir este libro porque sus propios abuelos ofrecieron cobijo a Lientje. Vivió con ellos aún después de que terminara la guerra, pero tiempo después la relación se rompió y él siente la necesidad de descubrir qué pasó en el seno de su propia familia.
Al hilo del periplo de la pequeña de una casa a otra, el autor nos revela que en Holanda la tasa de mortalidad judía fue de un 80 por ciento, más del doble que la de otros países, incluida la propia Alemania. El eficaz registro de la población judía y el sistema de recompensas consiguió lo que la SS no logró en otros países.
Un libro repleto de fotografías, de cartas y de historia que obliga al lector a reflexionar junto al autor sobre la viabilidad de que la historia vuelva a repetirse teniendo en cuenta la situación política actual en la mayoría de países europeos. (Ana García, 14 de julio de 2020)