Qué barbaridad de libro, me ha fascinado, que crueldad de las personas,también tengo que decir.
Aquí tenemos un personaje lleno de miedo, que está atrapado en un cuerpo que no ama, que no quiere, que lucha con sus dragones para sobrevivir en las calles de Madrid de los años 80, donde la droga y el Sida estaban a la orden del día. Imagine, un maricon, una lesbiana, una bollera y travesti en aquellos tiempos, donde entraba la democracia en una España que había sufrido una dictadura, que las personas homosexuales eran bichos enfermos.
Pasando las páginas tenemos a varios personajes, mi queridísima Margarita, que la amé tanto. Jay el primer amor, la bruja peluca, que me reí en su momento. Eugenia, a los padres de la cuál tanto admiré porque ellos, sin decir nada, sabían perfectamente que su hijo estaba atrapado en un cuerpo que él no quería, sin olvidar a su hermano, que lo protegió en todo momento.
Este libro es una reflexión, es una filosofía de la vida, donde los transexuales tienen que pasar de todo, insultos, humillaciones, y hasta peleas que les cuestan la vida.
Me he quedado con el corazón en mil pedazos en el último capítulo, pero Alana supo cómo escribir un brillante libro.
hace 8 meses
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