Pablo Ribera quería ser médico de la corte pero, tras ser acusado y encarcelado por la Inquisición, sus planes se truncan. Al salir libre, su madre le instala en una casa donde comparte alquiler con dos mujeres. Pablo sigue prendado de Constanza, su amor imposible, pero pronto se verá enredado en los juegos de seducción de las mujeres de la casa.