Esta novela trata del abandono de un pueblo del pirineo aragonés. Andrés es su último habitante y relata su vida allí y el progresivo abandono de los últimos vecinos. Escrito con una prosa exquisita el autor nos transmite la soledad, la locura a la vez del avance implacable de la naturaleza que va enguyendo el pueblo entero. Es una novela corta, pero el exceso de descripciones y la falta de trama, no me ha acabado de convencer.

“La lluvia amarilla” es una novela breve e intensa en la que su protagonista narra, en primera persona, su vida y el progresivo abandono de la pequeña aldea en la que vive, en el Pirineo aragonés, donde ya es su último habitante. Rodeado de casas en ruina y de una naturaleza agreste e inmisericorde, y con la única compañía de su perra, la soledad y el fantasma de la muerte, que le acecha en las divagaciones de su mente, recrea fragmentos de su pasado y de lo que vendrá después de su desaparición.
Escrita con una prosa de un lirismo exquisito, capaz de absorber y transmitir al lector la atmósfera desoladora y las sensaciones del narrador de un modo soberbio, es, en mi opinión, una obra magnífica, de lo mejor que he leído últimamente.

Magnífica obra de Julio Llamazares, que consigue meterte en la piel del último habitante de un pueblo del pirineo aragonés. Es una novela muy corta (143 páginas) y muy dura, ya que ahonda en la nostalgia de lo que se ha ido y en la tristeza del abandono de los pequeños pueblos. "El tejado y la luna. La ventana y el viento. ¿Qué quedará de todo ello cuando yo me haya muerto? Y, si yo ya estoy muerto, cuando los hombres de Berbusa al fin me encuentren y me cierren los ojos para siempre, ¿en qué mirada seguirán viviendo?" Lo recomiendo, Julio Llamazares es un extraordinario narrador.

Una novela dura, por lo bien escrita que está. La narración te traslada en todo momento al pueblecito en el que se ambienta y es inevitable que no te inunde la tristeza y la melancolía. No había leído nada de Llamazares y ha sido todo un descubrimiento su forma de narrar y de transmitir.

Duro retrato de muchas personas condenadas a vivir sus últimos años de vida viendo como todo alrededor se desmorona.

Qué triste y claustrofóbico! además yo soy aragonesa y aún me ha tocado más la fibra...pero qué bien relata Julio Llamazares los sentimientos del último habitante de Ainielle...parece que hubiera sido él mismo Andrés. Una gozada su pluma.

Una novela fascinantemente escrita pero dura. Dura porque retrata la vejez, la demencia y la soledad. Sin duda lo recomiendo.

Uno de los libros mas bonitos que he leido, duro, si, pero es como estar escuchando musica clásica según vas leyendo, la narrativa es excelente. Muy recomendable.

Libro de 10. Bendito día en el que Julio Llamazares decidió dedicarse a la escritura. Esta novela corta narra la agonía, la locura, la soledad, el sufrimiento... del último habitante del pueblo de Ainelle. Relato escrito en 1ª persona, vives con el personaje sus angustias, su soledad, su dolor... se acelera el pulso conforme avanzas en la obra, no puedes dejar de leerlo. Es simplemente magnífica. "La lluvia amarilla", que no es más que una metáfora que utiliza el autor para hablarnos del paso del tiempo, que se ve reflejado en ese color tan característico que adquieren las páginas de los libros antiguos, pero también se refiere con ello a la muerte, reflejado en la caída de las hojas amarillas de los árboles en otoño, como si de una lluvia se tratase...

Excelente prosa. Soledad, tristeza, nostalgia, abandono... El último habitante del pueblo. Muy recomendable!

Una novelita preciosa en su narrativa, melancólica e intimista, muy recomendable para una tarde de domingo lluviosa.

Libro para las personas que aman el campo y sus pueblos. Su tristeza te empapa y no te deja indiferente, te dan ganas de oler la humedad tras las lluvias de otoño

Soledad, vejez y delirio. Prosa poética. Muy recomendable.

Una novela corta pero de alta intensidad que tiene el sonido de los goznes oxidados de la puerta de una casa abandonada, medio caida, olvidada. La España que se va quedando sola, aislada. Esos pueblitos medio abandonados o abandonados del todo en que las malas hierbas y las tejas caidas van dejando un legado desolador de olvido y soledad. Esa es la España que Llamazares conoce y retrata mejor que nadie. Es un mago de la palabra y de los silencios. Cuando he coincidido con él en actos literarios, es sencillamente mágico. Hay que leerlo.

Una historia sincera dentro de la complejidad de la soledad que vive el protagonista. Tan bien escrita que te ayuda a imaginarte en la situación, a notar la lluvia cuando le cae al protagonista o a notar el frío que se mete en la casa.

Es difícil explicar la sensación de tristeza y soledad que me dejó esta historia. Cada reflexión, cada silencio, cada imagen es poesía. Me dejó conmovida y sigue emocionándome cada vez que la recuerdo, Andrés vuelve a mí cada vez que viajo al interior y desde el coche vislumbro restos de masías derruidas, de aldeas abandonadas. Una gozada de lectura.

Lo único que puedo decir es: espeluznantemente bella.

Llamazares no necesita muchas páginas para emocionar hasta extremos inesperados. La he disfrutado inmensamente.

Breve relato sobre el abandono rural. El autor construye un libro maravilloso donde equipara la vida y muerte de el pueblo con la suya propia. La idea parece sencilla pero el Sr. Llamazares tiene una capacidad para la descripción, la nostalgia y el relato triste que resultan increibles. Me ha encantado

Una breve historia acerca del abandono rural, espeluznante cuando se trata de ponerse en la piel del último habitante, ya viejo, entregado a la absoluta soledad, a los recuerdos y fantasmas de los antiguos moradores, a la fidelidad a la tierra hasta su muerte y, con ella, la del propio pueblo. Recomendable!