Con un estilo narrativo exquisito, la autora nos envuelve en el viaje de introspección y crecimiento de Anna, la protagonista, tanto como nos relata su travesía desde Europa hasta la isla grande de Chiloé, donde encuentra muchísimo más de lo que fue a buscar. Además, como un personaje más, nos presenta el conflicto que supuso para los indígenas las consecuencias del progreso, que puso en riesgo tanto sus recursos naturales como su cultura; un telón de fondo utilizado de forma magistral para la historia central y su desenlace. Me sorprendió mucho la capacidad de traspasar las emociones y sentimientos de los personajes, que hace casi imposible no involucrarse y sufrir con cada una de las situaciones que les toca vivir, hasta que llegamos a un final realmente esperanzador. Una novela íntegra que siempre recomendaré.
hace 9 años