Cuando la muerte no deja pistas, solo los huesos dicen la verdad. Arqueología y superstición, un nuevo reto para Ruth Galloway. La arqueóloga forense tiene que resolver un asesinato relacionado con la misteriosa historia de un obispo medieval y una antigua maldición aborigen.
En un museo privado de Norfolk todo está listo para la apertura del féretro de un obispo del siglo XIV. Han invitado al evento a personalidades destacadas y a los principales académicos de la universidad, entre ellos, a Ruth Galloway. Pero justo antes de que comience la ceremonia, se produce un trágico descubrimiento: el director del museo aparece inconsciente junto al féretro y nada se puede hacer por salvarle la vida. A su pesar, Ruth se ve involucrada en la investigación, de la que se hace cargo el inspector Harry Nelson. Las únicas pistas en manos de la policía son unas cartas amenazadoras y una antigua leyenda que despierta los temores de los más supersticiosos. Pero Ruth sabe que son los huesos los que tienen todas las respuestas, y solo ella es capaz de descifrar su mensaje.