Rodrigo inicia el camino de Santiago para cumplir una promesa que hizo a su madre en su lecho de muerte. Mientras realiza el peregrinaje, rememora los últimos meses de su vida.
Fue armado caballero templario en la ermita de Santa María de Eunate y poco después participó en la batalla de las Navas de Tolosa, junto al ejército de Sancho el Fuerte, rey de Navarra. Camino a la batalla recorre el reino de Castilla y entra en contacto con judíos y musulmanes. Junto a ellos descubre que las tres religiones tienen mucho en común; mucho más de lo que la Iglesia Católica jamás reconocerá.
“La casilla de la muerte”, de Luis González, es un viaje iniciático en el que el autor, a través del protagonista, nos informa de la historia de la orden del Temple, sus ritos de iniciación y sus secretos. Todos ellos están intrínsicamente relacionados con el juego de la Oca. Un juego con el que muchos peregrinos se entretienen en los descansos del camino y que oculta, para los ya iniciados, un gran saber que permitirá a quien lo descubra convertirse en maestre del Temple.
Un libro plagado de datos históricos y religiosos que requiere una lectura lenta y profunda. A través de los diálogos de Rodrigo con monjes, muyahidines y almojarifes judíos descubriremos el camino para encontrar el Grial. Pero no hablamos del santo cáliz del que Jesús bebió en la última cena, sino de un profundo conocimiento del ser humano y su relación con Dios, adopte el nombre que adopte. La narración va acompañada de fotografías en blanco y negro de los enclaves más destacados de la novela que permiten visualizar todo aquello que Rodrigo va aprendiendo a lo largo de su vida.
Este libro no es una novela histórica al uso. Debido a la ingente cantidad de información que aporta podría considerarse un ensayo sobre historia y religión, que el autor combina con la historia personal de Rodrigo. (Ana García, 24 de febrero de 2020)