Una reflexión sobre la contraposición entre el mundo íntimo y plácido del hogar y el tempestuoso mundo exterior. "Aquí podrá hacerse todo lo que se sienta de verdad; cuanto se desee decir de verdad podrá ser dicho. No hay precios, no hay ofensas: en consecuencia, todo es bueno. Dentro del hogar, al anochecer, habitamos en el ojo del huracán. Persisten alrededor la ambición, las tormentas, las corrupciones, los duros fantasmas del día y de la noche; pero aquí hemos obtenido la serenidad (...) Apenas percibimos las sonoras esquirlas de otras vidas. Por fin se hizo el silencio. Por fin está la casa sosegada."