El punto de partida de esta novela es un personaje real: uno de los hombres más poderosos del mundo, que saltó a los telediarios, a las páginas de sucesos, los debates y los chismorreos de todo el planeta tras ser detenido cuando tomaba apresuradamente un avión de regreso a su país, acusado de violar a una trabajadora emigrante de raza negra en la habitación de un lujoso hotel de Nueva York.
A partir de este personaje y de este suceso, Juan Francisco Ferré pone en marcha un exuberante mecanismo de fabulación y recursos narrativos no para limitarse a recrear la historia sino para abordarla con la fuerza transformadora de la literatura. En una propuesta arrolladoramente radical en la forma y en el fondo, el personaje real se transforma en DK, el gran dios K, y las páginas del libro nos sumergen en su peripecia y escarnio público a través del espejo deformante del callejón del gato valleinclanesco, de la risa inquietante de lo kafkiano, del delirante festín gargantuesco y de la desmesura sadiana, y así este Karnaval con k nos habla de los excesos, los pecados y los males de la sociedad contemporánea a través de la máscara carnavalesca.